Pongámonos en situación:

Tienes una hija de 11 años que necesita refuerzo en inglés para ponerse al día y mejorar su nivel (lo de si está en un colegio bilingüe o no es un tema que trataremos en otra ocasión en beneficio de la salud mental de todas las partes implicadas, incluyendo quien escribe). Buscas una academia cercana que pueda ayudarla a mejorar las notas y a adquirir fluidez en el uso del idioma. ¿Qué es lo primero que buscas en la persona que vaya a realizar esa tarea? Si has pensado en “que sea nativo”, te animamos a seguir leyendo.

Las prioridades de las familias, docentes e instituciones respecto a la educación de las generaciones más jóvenes no siempre coinciden, y no es fácil determinar qué es lo mejor. Esta disyuntiva suele ser la ideal para que surjan modas poco fundamentadas que se convierten en mitos persistentes difíciles de erradicar. Uno de los más recurrentes es que “sólo se aprende inglés con un profesor nativo”. Esta afirmación aislada no permite apreciar el resto de factores que intervienen en el proceso y se convierte a menudo en un demérito de profesores no nativos. Entre esos factores podemos destacar los siguientes:

Perfil académico. La formación y actualización es uno de los elementos clave en el perfil del docente: técnicas docentes innovadoras, formación en recursos y competencias y actualización y práctica del idioma son elementos que se deben tener en cuenta.

Experiencia. Como se suele decir: practice makes perfect. El trabajo en el aula enfrenta al docente a sus conocimientos y habilidades y los pone a prueba. En mi propia experiencia, es similar a un examen para el que te has preparado mucho, pero que sin embargo tiene una o dos (o tres, o cuatro…) preguntas sorpresa. ¿Cómo actuar ante esta situación? ¿Qué es lo mejor para esta alumna en concreto? Son preguntas para las cuales la experiencia es ese compañero de clase que te chiva las respuestas en el examen.

Competencias. Es quizá el factor más olvidado, y sin embargo es esencial para la labor docente. La formación en competencias todavía está en desarrollo, y cada vez se aprecia más el papel que desempeñan competencias como la imaginación, la innovación, la interacción, el pensamiento independiente y la interdependencia (las cinco íes).

La persona que enseñe inglés a sus hijos debe ser mucho más que un código postal o un acento específico. Son evidentes las ventajas de un profesor nativo, pero no debemos olvidar el resto de elementos que marcan la diferencia entre una experiencia de aprendizaje superficial y otra verdaderamente significativa.

Escrito por Pablo Sánchez, profesor de inglés en B&P